jueves, 6 de noviembre de 2008

Mis amores mueren mucho antes de nacer


La vida a veces es muy avara, pasamos días, semanas, meses y años sin sentir absolutamente nada nuevo. Pero una vez que abrimos una puerta, una verdadera avalancha entra por el espacio abierto, así entraste tú, sin más ni más, me sacudiste todos los poros, no entendí nada y en otro momento sabia mas de lo que pude aceptar.

Porque me perforaste? Mi mente retumbaba a cada segundo, vislumbrando el cielo, el techo sobre la pequeña cornisa, techo de niebla, en donde mi sustento se cobijando riendo, carcajadas circuncidadas a mi oreja, que perturbaban mi preocupación y me indignaba la posible atención. Así me dejaste tú, llena de matices provocando que mi calor, se difuminara en rosas de amor. Ente las famosas 3 y 10, sin ser de la higuera simplemente de aquel mar de lagrimas que a veces eran implacables pero un secreto del alma. El silencio letal de mi rostro reflejaba tu cordura y desnudaba tu reproducción. Ir hasta el final deseaba yo después de años de perdición, de dolor, de mal sabor. Gire en el mismo sitio pero mis altibajos predominaron ante el eco nocturno del reproche del corazón.

Estaré demasiado sola para pensar en el amor, necesito convencerme tantas veces que suelo morir entre el fallar, con un sinfín de alucinaciones dominantes entre los pasos que trazo hoy, subiendo a lo alto de mi misma, rescatando las nubes anchas de irritación tras un centenar de razón y pasión que tus labios canonizaban mi amor, recesivo e inmutable. Siendo alpinista de tu cuerpo, de tus ojos, penetrantes de sazón.

Y la verdad de la libertad, tener lo mas importante de este mundo sin poseerlo, nadie pierde a nadie, nos perdemos nosotros mismo tras la silueta de la costumbre y las malas experiencias. No te poseo pero a veces quisiera hacerlo tras tu cuerpo lleno de fungosas cicatrices alternas que tu hazaña que me seduce tras tus tiernos abrazos que hace mucho me confesaban tus fieles movimientos. Arrancando la virginidad no del cuerpo sino del alma. Fue así como me devolviste al mundo a donde nunca había podido regresar.

1 comentario:

Mariela Alatriste dijo...

Awwww, no sé a quién me recordaste :(