la historia siempre continua

Fue entonces que al fin me levante, decidí peinarme, sujetar el negro de mi pelo con una banda que adornaba mi cabello y le recordaba a mi alma lo peculiar que fue aprender viviendo una diferencia. Actuando, enamorándome de los demás. Después recorrí mi cuerpo con un uniforme un tanto raro, entre roza y mezclilla lograban la perfecta combinación. Mis aretes platicaban y mis oídos escuchaban. Mis pies libres en tenis pero siempre descubriendo el grosor del pavimento. Mis pasos eran tranquilos, delicados, desprendían amor en cuanto caminaba.

Mi camino iba en busca de ese amor que conquisto mi ser, recorrió todo tipo de espacios desde los burdos hasta los absurdos. Desde el este al oeste. El era guapísimo, mejor que los pasados pero imposible de comparar. Era todo un artista su cara me recordaba el deseo de besarlo de abrazarlo a cada instante y gastar nuestras madrugadas de la mano, hablando de arte, del mundo, de que hacer, de no conformarnos, gran poeta, pintor, filosofo, pianista, cineasta pero sobre todo gran amante, mi amante de deseos, de pasión, de amor. Nos amábamos éramos solo 2 convertidos en uno. De noche escuchamos poesía, el recitaba y yo lo miraba, su barba me seducía, sus ojos, su mano, su pelo. Cada día conseguía enamorarme y fue así como caía derretida ante él, disfrutaba como nunca estar con él. Vivir con él.

Las horas con sus minutos me gritaban de deseo de poder seguir juntos por siempre. Fue entonces cuando mas crecí, me interese y logre enamorarme de mí, enamorándome de él.
Todo tenía un sentido, yo seguía con mi trabajo, ayudando en la ONG, luchando por los otros, en las noches recorríamos cada rincón de México desde el valle hasta santa fe, desde Cuernavaca a Quebec. Siempre ilusionados y con ganas de seguir conquistando cada rincón del planeta, el con su arte y yo con el mío juntos éramos obras maestras.

Decidi casarme

hoy vivo felizmente en sisoguichi, en Chiapas y en el Df

continuamos siendo felices y besandonos entre los rincones mas inexactos.