Ayer me morí, me mataste horriblemente, morí cuando tu mirada no era la misa, cuando tus ojos se perdían cuando no me diste una oportunidad y simplemente me aplastaste de una vez, me cambiaste y no lo juzgo, lo que me duele es que se que valgo pero no lo hago para ti, ya no hablas, ahora callas ya no miras, simplemente creo que estoy muerta y si, como yo te mate, ahora tu lo hiciste conmigo, es un terrible juego, malvado acto. Perverso para mí a la mejor para ti, no me interesa, pero si me duele. Quisiera poder olvidar y de una vez borrarte pero no es tan fácil. Cada que te miro me sigo enamorando de ti, me sigo perdiendo en tu cara aunque muchas veces ni la llego a ver por mi recelo y tantos sentimientos que se me cruzan por la mente. Me mataste tanto que me sigue doliendo. Me mataste con tu desprecio, con tus pendejadas, me dejaste ahí, nunca decidiste encontrarme y te perdiste en cosas tan vagas y absurdas que hoy me das lastima. Te quise y te quiero y creo que nadie lo hará como yo, mira que escribirte, que pensarte, que soñarte y ¿para qué? Para que simplemente no me valoraras, para que supieras todo de mí, que no disfrutaras de los regalos que te di, te abrí mi corazón y te deje más que eso. Es más me dejaste sin nada, ayer estaba tan enojada que el helado supo mal, mi vida se torno un poco obscura y me digne de nuevo a cambiar. Mi perspectiva no es la misma, lo cual me gusta pero sé que ya te perdí completamente. Cuando me dijiste no, yo lo sabia pero algo en mí todavía no moría. Mi piel se empezó a deteriorar y mi aliento ahora huele mal. Gracias por matarme espero un día de estos reencarnar y perder la memoria para continuar como tú, sin recordar, sin apreciar.
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